“Y no lloré Porque mi hermana muerta Era tan bella como en vida Como en la muerte...”

Pablo Neruda

“Los momentos esenciales, las proposiciones poéticas y las fuerzas originales de la pieza que en 2002 creépara los bailarines del Segundo Año del Centro Nacional de Danza Contemporánea CNDC de Angers (Francia), y, que será interpretada por la Compañía del Cuerpo de Indias (núcleo profesional de El Colegio del Cuerpo) son: Los Adioses, El Viaje, La Guerra, Los Territorios, La Espera, El Reencuentro, El Mar...

Un poema ritual, que es a la vez un homenaje o m´qs bien, dos homenajes: en primer lugar al sur coreano Cho Kyoo Hyun, quien fue el maestro más importante que tuve durante mis años de estudio en Nueva York y quien me puso en contacto con los principios esenciales del Arte, revelándome el profundo valor que entraña el conocimiento íntimo de las formas tradicionales / ancestrales de su cultura. Él me ayudó así mismo, a comprender la importancia del diálogo permanente que debe existir entre la contemporaneidad y la memoria. Cho me transmió una danza cortesana antigua: una forma de meditación en movimiento en la que la respiración es el eje y el motor del desplazamiento.

En A Dios El Mar, evocó también la memoria de mi hermana Mónica, quien murió trágicamente hace doce años. El día de su inhumación, dancé frente a su ataúd esta danza: mi forma de ayudarla a dejar su cuerpo y este mundo. Los bailarines de la Compañía del Cuerpo de Indias, danzan frente al cuerpo palpitante de una joven mujer, tal como yo dancé frente al cuerpo sin vida de mi hermana.”

Álvaro Restrepo: Director de El Colegio del Cuerpo