La creación de la más reciente obra de Álvaro Restrepo tiene como origen: dos cajas llenas de ropa diseñada por Olga Piedrahita, reconocida diseñadora de modas colombiana. Además de los osados y divertidos diseños de Piedrahita, una tercera caja contenía otra sorpresa: inquietantes y sugestivas máscaras mexicanas de animales en papel maché. De la mano de los bailarines de la Compañía Cuerpo de Indias, inicia talleres de investigación e improvisación con la ropa y los personajes que las máscaras proponían.
Duetos, tríos, sextetos, danzas grupales, extraños rituales, grupos y “retratos de familia” empezaron a sugerir inquietantes dinámicas y oscuras relaciones afectivas. La atmósfera se fue enrareciendo y se fue tornando, a medida que iba avanzando la construcción de la pieza, en una suerte de juego onírico y surreal. El universo de la inmortal Granja de Animales de George Orwell (Animal Farm) empezó también a nutrir el imaginario del coreógrafo. Lo que en apariencia podría ser una inocente fábula infantil, habitada por simpáticos y traviesos animales, se fue transformando en un mundo de crueldad y las tensiones entre los personajes describen el intrincado y retorcido universo de las relaciones humanas y familiares.
Durante el proceso de creación, Restrepo conoció también la música del compositor británico Max Richter y su versión, en clave minimalista, de una de las obras más célebres y manoseadas del repertorio universal: Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi. Recomposed es el título que Richter dio a su re-visitación de la música del veneciano. El carácter bucólico y a la vez abstracto de las Estaciones fue transformado por Richter en una meditación contemporánea sobre ritmo y melodía, que se ajusta a la perfección con el espíritu lúdico y misterioso de la coreografía.
Como soporte visual, Restrepo consideró que la obra requería y merecía ilustraciones propias, especialmente creadas a partir de las diferentes escenas. Para ello comisionó al pintor y arquitecto Leopoldo Javier Combariza, la creación de una colorida serie de 20 pinturas al óleo, que acompañan y envuelven esas fábulas danzadas, animadas por el videoartista Lorenzo Giangrandi.
Esta Familia Animal no es ni lo uno ni lo otro: son seres solitarios y angustiados que se
relacionan entre sí por necesidad y conveniencia y que intentan esconder sus miserias y
preguntas detrás de la apariencia de inocentes criaturas antropo/zoomorfas que, ni los
salvan, ni los aman, ni los devoran, ni los perdonan.....