Serie Bicentenario: Por aquí pasó Bolivar

hace 5 años   •   3 min de lectura

Por Teatro Santander

Montaje musical de Ana María Fonseca. Con la participación especial de: Raúl Numerao, Edson Velandia & Los Gaiteros de San Jacinto, Juan Chuchita Fernández.

SERIE BICENTENARIO:

- Sábado 3 de Agosto: Adiós al amigo - Cine-Concierto de Iván Gaona y Edson Velandia.

- Martes 6 de Agosto: Los Gaiteros de San Jacinto - homenaje a Juan Chuchita Fernández.

- Miércoles 7 de Agosto: Por aquí pasó Bolivar - Montaje musical de Ana María Fonseca. Con la participación especial de: Raúl Numerao, Edson Velandia & Los Gaiteros de San Jacinto, Juan Chuchita Fernández.

Concepto y dirección musical de:

Ana María Fonseca

Carlos Quintero & Ensamble juvenil de cuerdas de Bucaramanga

Juan Camilo Araoz, Juan Miguel Sossa, Luis Felipe Aljure,Gabriel Borrero

Con la participación especial de:

Raúl Numerao

Edson Velandia

& Los Gaiteros de San Jacinto

Juan Chuchita Fernández

Escenografía y dramaturgia: Phillipe Legler

La propuesta de concierto Por aquí pasó Bolívar es un ejercicio transcultural de reconstrucción y re-imaginación del entramado cultural de Colombia, para celebrar el bicentenario de su independencia. Una conversación entre el pasado español, el indígena y el africano desde una nueva conciencia nacional cimentada en el respeto a la alteridad.

Lo español: Durante la época de la colonia, el romancero impregnaba todos los ámbitos de la sociedad renacentista española. Desde el campo hasta la corte, el hombre español cantaba historias de rimas. Estos hombres viajaron a América y siguieron cantando, y así, poco a poco, los americanos se unieron a ellos y convirtieron el idioma impuesto en el suyo propio.

La propuesta de concierto Por aquí pasó Bolívar es un ejercicio transcultural de reconstrucción y re-imaginación del entramado cultural de Colombia, para celebrar el bicentenario de su independencia. Una conversación entre el pasado español, el indígena y el africano desde una nueva conciencia nacional cimentada en el respeto a la alteridad.

Lo español:

Durante la época de la colonia, el romancero impregnaba todos los ámbitos de la sociedad renacentista española. Desde el campo hasta la corte, el hombre español cantaba historias de rimas. Estos hombres viajaron a América y siguieron cantando, y así, poco a poco, los americanos se unieron a ellos y convirtieron el idioma impuesto en el suyo propio.

La guitarra española marcó un antes y un después en la historia de la música europea. Los pasacalles, ciclos de acordes rasgueados fueron los cimientos de la música tonal. Los romances y pasacalles son dos caras de la misma moneda, tal como se encuentra en las fuentes del Siglo de Oro español como son los métodos de Briceño y Amat. Dondequiera que se encuentre un viejo romance, también hay una guitarra y sus pasacalles.

Lo criollo:

El hombre criollo empezó a cantar sus propias historias y las hazañas de sus héroes en forma de romances. En Colombia, el romance conservó su narrativa y su calidad transitiva. Los trovadores criollos se convirtieron en cronistas de la nueva realidad. El romance latinoamericano es un documento muy importante a la hora de reconstruir la historia de sus pueblos.

Guitarras y pasacalles se incrustaron en el corazón de la música popular latinoamericana. El hombre americano adaptó la guitarra a los materiales que tenía a mano. De ahi el origen del cuatro y el tiple, declarado instrumento nacional de Colombia.

Romances y pasacalles también fueron bautizados con nuevos nombres como galerón y torbellino y derivaron en lo que hoy conocemos como música andina y música llanera.

El repentismo es una de las formas orales preferidas de los latinoamericanos donde también hay espacio para el humor y la sátira. Todas estas expresiones espontáneas tienen a su vez un orden interno, una métrica estricta que los convierte en poesía. Esta tradición proviene de los Trovistas de Torbellino, improvisadores y humoristas descritos por Cervantes y otros escritores del Siglo de Oro.

Lo indígena y lo africano:

Los pasacalles fueron adornados con instrumentos indígenas y africanos. Las maracas son un claro ejemplo de como un instrumento que estaba dotado de un profundo valor espiritual para las comunidades indígenas enriqueció la música de los pasacalles. La calidad rítmica de los instrumentos indígenas y africanos es el acento que caracteriza a un torbellino de un punto cubano. El ritmo es el acento nacional.

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